La revolución digital ha incrementado las desigualdades sociales y entre países. Ha creado daños a la viabilidad de los sistemas de protección social debido a la evasión fiscal derivada de la falta de control de la economía digital. Además muchas veces los estándares sociales y laborales no estan respetados y se fomentan trabajos precarios.
Por esto he pedido a la Comisión Europea durante la sesión parlamentaria de esta semana que garantice una verdadera dimensión social de la Agenda Digital Europea que incluya
- una propuesta de directiva sobre las condiciones de trabajo decentes para los trabajadores de las plataformas
- una protección legal contra la vigilancia intensiva en los lugares de trabajo y la discriminación
- prohibición integral de implantes de microchips a las personas por motivos laborales
- derechos de información, consulta y control
- el derecho a la desconexión