Un enfoque global de la salud mental

El 7 de junio de 2023, la Comisión Europea adoptó la Comunicación sobre un enfoque global de la salud mental, que ayudará a los Estados miembros a actuar rápidamente para hacer frente a los retos en materia de salud mental.

Desde el año 2006 el parlamento europeo pide acciones específicas a la Comisión Europea en materia de salud mental. La primera resolución en la que el Parlamento Europeo pide una estrategia europea en salud mental es del año 2006[1]. La siguiente resolución tiene lugar tres años más tarde, en 2009[2].

Si bien la Comisión Europea ha llevado a cabo, durante estos años, acciones más o menos relevantes como el Marco de Actuación en materia de Salud y Bienestar Mentales (2013) o la Brújula de la UE sobre salud mental y bienestar (2015-2018), [3] no será hasta el estallido de la pandemia del COVID y la posterior crisis económica, que la Comisión Europea responda por vez primera, a raíz del discurso de su presidenta Ursula Von der Leyen sobre el estado de la Unión, a la necesidad urgente de una estrategia europea en salud mental.

Es a partir de este momento en el que se inician negociaciones inter-institucionales para diseñar la estrategia y se consulta a la sociedad civil. El 7 de junio se publica la primera comunicación de la Comisión Europea en Salud mental. Se trata de un enfoque global, orientado a la prevención y con múltiples partes interesadas en materia de salud mental.

El nuevo enfoque adopta un carácter psicosocial por lo que reconoce que la salud mental no se limita a la salud y, por lo tanto, implica en gran medida ámbitos como la educación, la digitalización, el empleo, la investigación, el desarrollo urbano, el medio ambiente y el clima. Pone además el foco en los grupos vulnerables, especialmente en los niños, y aborda la importancia de la educación y la cultura para prevenir trastornos mentales, sin dejar de lado los impactos negativos de la digitalización (uso excesivo de pantallas, cyberbulling, pornografía, etc). La importancia de las sinergias con otras estrategias como la de cuidados o entre diferentes instrumentos financieros, no ha sido pasada por alto.

Sin embargo, más allá de una narrativa esperanzadora con un componente social e incluso cultural, a la hora de presentar propuestas la Comisión se limita, una vez más, a recopilar iniciativas y acciones existentes y a rellenar huecos con los toolkits, guidelines e iniciativas simbólicas (premios, ceremonias, etc) poco eficientes.  Algunas de las iniciativas emblemáticas de la Comunicación, que reúnen oportunidades de financiación por valor de 1 230 millones de euros, son las siguientes:

  • Más de 30 millones de euros en el marco del programa UEproSalud destinados a proyectos que abordan los aspectos de salud pública de la salud mental, incluida la reforma del sistema de salud mental. En el marco de este programa de trabajo aprobado en 2022, se incluyen las siguientes iniciativas:

-10 millones de euros para apoyar el papel de las partes interesadas en la promoción de la salud mental en las comunidades, con énfasis en los grupos vulnerables, en particular los niños y jóvenes y las poblaciones de migrantes o refugiados.

– 2,36 millones de euros para que las partes interesadas apoyen proyectos relacionados con la promoción de la salud mental, y la prevención y la gestión de problemas de salud mental.

-11 millones de euros para apoyar a los Estados miembros en el desarrollo de capacidades y formación de profesionales.

– 2 millones de euros para políticas de empoderamiento.

– 10 millones de euros a proyectos destinados a abordar los retos de salud mental en pacientes y supervivientes de cáncer y sus cuidadores y familias.
– Además, este mismo programa apoya la aplicación sobre el terreno de las mejores prácticas con un impacto directo en las acciones destinadas a hacer frente a los retos de salud mental durante la COVID-19 mediante una contribución financiera de la Comisión por un importe total de 750 000 euros.

  • 5,4 millones de euros dentro del programa ImpleMENTAL para proyectos nacionales.
  • 3 millones de euros del programa de enfermedades no transmisibles.
  • 6 millones de euros a reducir el riesgo de que las personas experimenten graves problemas de salud mental apoyando el desarrollo y la aplicación de políticas de prevención de la depresión y el suicidio.
  • Acuerdo para una contribución de 28,4 millones de euros con la Federación Internacional de la Cruz Roja para ayudar a las personas que han huido de Ucrania.
  • Las personas desplazadas de Ucrania también son objeto de una convocatoria de cuatro propuestas por valor de 3 millones de euros de organizaciones no gubernamentales relativas a las mejores prácticas para mejorar la salud mental y el bienestar psicológico de las poblaciones migrantes y refugiadas.
  • 765 millones de euros a través de los programas Horizonte 2020 y Horizonte Europa para apoyar proyectos de investigación e innovación en materia de salud mental.

Esta estrategia representa un paso importantísimo en el ámbito de la salud mental, pero para que tenga éxito se necesitarán inversiones considerables en los sectores sanitario y asistencial, dando prioridad a los servicios públicos y rechazando cualquier tendencia a la comercialización de la asistencia.

Además, habrá que reforzar a nivel nacional las políticas de prevención en grupos vulnerables haciendo uso de otros instrumentos financieros como la Garantía Infantil o la Garantía Juvenil, implementando el Pilar de derechos sociales y fortaleciendo el estado de bienestar.

[1] https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-6-2006-0341_EN.html

[2] https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-6-2009-0063_EN.html#def_1_1

[3]           https://health.ec.europa.eu/non-communicable-diseases/mental-health/eu-compass-action-mental-health-and-well-being_en#:~:text=The%20EU%2DCompass%20for%20Action,stakeholder%20activities%20in%20mental%20health.

 

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