Esta crisis, siendo en su génesis de salud, acabará sin lugar a dudas, como ya lo está haciendo, en una crisis económica y social similar a la crisis del año 2008. Pero si no queremos repetir los mismos errores, urge poner en marcha los cambios estructurales necesarios para blindar los derechos sociales y servicios públicos universales que protejan el bien común y distribuir la carga de su financiación allá donde se concentra el poder económico.
El acuerdo del Eurogrupo es un buen comienzo en este sentido y los/las socialistas en el Parlamento Europeo seguimos trabajando por un plan ambicioso que he resumido en este artículo publicado en el diario.es.